lunes, 21 de enero de 2008

Sesión 1: Qué lugar ha ocupado las demandas de género en la configuración del Estado Latinoamericano

Un primer recorrido al rededor de esta pregunta es el que presentan Elizabeth Dore y Maxime Molyneux (ver referencia completa entrando al vínculo identificado con el apellido de las autoras en la columna derecha). Creo que el interés central de estas dos autoras en su discusión sobre las trasformaciones en el reconocimiento político de las demandas de género a lo largo de los siglos 19 y 20, parte de la pregunta si efectivamente la posicionalidad de los regímenes patriarcales se han modificado a lo largo del proceso de modernización del Estado Latino americano y si con ello la posicionalidad política femenina ha sido reconocida mas allá de la condición de madre y de ciudadana virtuosa apenas pseudo representada. Para responder esta pregunta las autoras problematizan las relaciones Estado - Sociedad en clave de género, no desde la lógica de la inclusión / exclusión de la mujer en el ejercicio de los derechos liberales característicos de la modernidad política, sino desde una mirada enriquecida de los regímenes de representación de las relaciones de genero respecto a la participación del Estado en el reconocimiento de un conjunto de demandas del movimiento feminista (siempre increscendo). Cada autora en su lectura de cada siglo muestran como la inclusión de determinadas demandas de genero no necesariamente han transformado los regímenes de representación de lo masculino dominante y de lo femenino subordinado, de allí que Dore (2000:5) plantee como uno de sus argumentos mas críticos que los cambios en las políticas de Estado han aumentado mas que disminuido las iniquidades de género. Ambas autoras coinciden en que esta situación no deriva de la invisibilización de los asuntos de genero en el que hacer del Estado como ordenador de la vida social, sino por el contrario, ello se debe al uso estratégico del discurso de género para mantener determinados ordenes de dominación, siempre en guisa patriarcal. Es por ello que las autoras nos llevan a replantearnos la pregunta del nudo georgiano de las relaciones Estado-Genero-Sociedad: las políticas de genero y el género en la política se explican por la visión dualista y reducida de la relación inclusión - exclusión, o por la disputa y la confrontación entre regímenes de representación de las nociones de género frente a la consolidación o la creación de determinados ordenes sociales diferenciados.
Comparto con las autoras el ejercicio argumentativo de recorrer las trasformaciones de las políticas de genero desde la necesidad del establecimiento de los proyectos nacionalistas del siglo 19 hasta la consolidación del discurso de la modernización política liberal y neoliberal del siglo 20, en donde se evidencia como la matriz de dominio masculina ha sido constante, pero no intangible, pues es evidente que la economía de visibilidades de lo permitido y aceptado se ha modificado significativamente gracias al activismo y la resistencia de los movimientos feministas; pero al mismo tiempo las autoras muestran como lo que se representa como trasformación (el acceso a servicios sociales diferenciados y otorgados con criterios de discriminación positiva, y el reconocimiento de los derechos civiles y políticos) no ha transformado lo que se representa como el lugar de la mujer y su sitio en la sociedad (las madres virtuosas, las educadoras de los mejores ciudadanos, las constribuyentes al fortalecimiento de la economía nacional, las votantes suma clave en la clientela electoral).
A pesar de lo anterior, creo que si bien la posicionalidad en que se ubican las autoras nos permite ver con herramientas de mayor poder descriptivo y hasta explicativo el problema en consideración, ellas no se adentran en el planteamientos de preguntas con mayor poder comprensivo, pues si bien queda claro que la pregunta matriz es por el régimen de representación, a mi me surgen otras preguntas derivadas que pueden ayudar a superar la mera descripción y a abrir otros horizontes de visibilidad:
Cómo transformar la repartición de lo sensible, en donde la inclusión del género entre a modificar espacios de acción y representación política y no simplemente se reduzca a la instrumentalización - cooptación de demandas que son admistradas bajo la misma lógica del ordenamiento social que las excluyó en primera instancia?
De qué manera se puede superar la auto inscripción en formas identitarias construidas bajo el régimen de representación de la dominación patriarcal de forma tal que se pueda dejar de ser representada sin perder capacidad de representarse y de representación?

1 comentario:

OZNES dijo...

yo tengo un escrito sobre Hofman, el cual no tiene nada que ver con el curso pero que pongo a disposición de todos en mi blog (también hay cosas sobre Victoria Ocampo)
oznes andres